El parasitismo es una relación ecológica que se da entre diferentes especies y causa daño a uno de los involucrados.

O parasitismo es una especie de relación ecológica. Antes de destacar sus características, es necesario revisar los principales aspectos vinculados a las relaciones ecológicas, es decir, las interacciones que se dan entre los seres vivos, ya sean de la misma especie (relación intraespecífica) o de especies diferentes (relación interespecífica). Estas interacciones pueden:
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beneficiar a todos los involucrados;
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beneficiar solo a uno de los involucrados, pero sin dañar al otro;
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dañar a un individuo y beneficiar al otro.
Cuando no hay daño a los seres vivos que interactúan, tenemos lo que llamamos relación armónica o positiva. Las relaciones que causan daño a una de las partes involucradas se denominan inarmonioso o negativo. Como ejemplo de este último caso, podemos mencionar la competencia, la depredación, el amensalismo y el parasitismo.
→ parasitismo
El parasitismo es una relación interespecífica en la que uno de los implicados resulta perjudicado. En esta interacción, un organismo (parásito) se instala en otro (anfitrión) para alimentarse de él.
El parásito puede instalarse en su anfitrión tanto externa como internamente. Cuando se instala externamente, tenemos un caso de ectoparasita; cuando se instala dentro del cuerpo, se llama endoparasita. Como ejemplo de ectoparásito, podemos mencionar el piojo del cuero cabelludo, que desencadena mucho picor en el huésped. Como ejemplo de endoparásito, podemos mencionar la tenia, un gusano plano que se instala en los humanos provocando teniasis.
Los parásitos de las plantas se pueden clasificar además en holoparásitos y hemiparasitos. Los holoparásitos son aquellos que no realizan la fotosíntesis, siendo en realidad parásitos. Los hemiparasitos, en cambio, son aquellos que realizan la fotosíntesis, pero eliminan la savia cruda de otro organismo. Como ejemplo de holoparásito, podemos mencionar la vid de plomo; como ejemplo de hemiparasita, podemos mencionar el muérdago.
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→ Relación entre el parásito y el huésped.
Por lo general, el parásito es más pequeño que el huésped y, aunque se alimenta del huésped, no provoca su muerte. No matar al huésped es fundamental para la supervivencia del parásito, ya que este organismo se alimenta de él.
Los parásitos también destacan por su alta especificidad, es decir, por su capacidad para parasitar solo algunas especies. Un piojo que vive en la cabeza humana, por ejemplo, no podría extraer nutrientes de un perro o un pájaro. Esta especificidad es un arma en la lucha contra algunas especies parásitas que tienen un huésped intermedio. En ese caso, el huésped intermedio podría destruirse, interrumpiendo el ciclo del parásito.
→ Parasitoidismo
En el parasitismo, un organismo interactúa con un huésped hasta que causa su muerte. Después de la muerte, el parasitoide permanece en el cuerpo del organismo durante un período de tiempo. Debido a que provoca la muerte del huésped en la interacción, esta relación ecológica no puede llamarse parasitismo.
Por Ma. Vanessa dos Santos
Por Vanessa Sardinha dos Santos