Dispersores de semillas. Dispersores y transporte de semillas

Los dispersores de semillas se encargan de asegurar la supervivencia de las plantas jóvenes de algunas especies, liberándolas de la competencia.

Los diminutos frutos del diente de león son transportados por el viento.
Los diminutos frutos del diente de león son transportados por el viento.

Es posible que haya notado que algunas plantas se extienden por una amplia región y que algunas nacen en lugares relativamente alejados de la planta de la que se originaron. Pero, ¿alguna vez te has preguntado quién es el responsable de transportar la semilla a otros lugares? La respuesta a esta pregunta es bastante simple: están tomadas por dispersores de semillas.

Antes de resaltar la importancia y quiénes son los dispersores de semillas, debemos recordar la importancia de este proceso para una especie vegetal. Las semillas son órganos de perpetuación y, cuando maduran, necesitan ser liberadas de la planta madre. Cuando caen muy juntos y germinan, pueden sufrir la acumulación de muchos individuos muy juntos, lo que conduce a la competencia. Por tanto, es fundamental que las semillas y frutos se lleven a zonas más alejadas. Para ello, dependen de algunos agentes dispersantes.

El tití león dorado se alimenta de frutos carnosos y elimina las semillas en las heces.
El tití león dorado se alimenta de frutos carnosos y elimina las semillas en las heces.

Los animales son generalmente responsables de transportar las semillas (zoocoria). Varias especies de animales, como el tití león dorado y el lobo de crin, se alimentan de frutos y eliminan las semillas junto con sus heces en zonas distintas a donde las encontraron (endozoocoria). Se estima que el tití león dorado, por ejemplo, se alimenta de aproximadamente 88 especies diferentes, siendo responsable de una gran dispersión en la Mata Atlántica. Además de ser eliminados en las heces, algunos animales regurgitan las semillas de los frutos que han digerido. Este comportamiento es muy común en algunas aves.

Según el animal que lleve el fruto o la semilla, podemos clasificar el modo de dispersión de la semilla en:

Mirmecocoria es el nombre que se le da a la dispersión que hacen las hormigas;

Ictiocoria es la dispersión que realizan los peces;

Saurocoria es la que realizan los reptiles;

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Ornitocoria es el nombre que se le da a la dispersión efectuada por las aves;

Mamaliocoria es la dispersión que hacen los mamíferos;

quiropráctica es la dispersión por murciélagos.

No es solo porque sirven como alimento que los frutos se encuentran dispersos entre las especies animales. Algunas plantas tienen frutos y semillas con adaptaciones que les permiten adherirse al pelaje de algunos mamíferos (epizoocoria). Entre las estructuras encontradas, podemos destacar ganchos, púas, espinas y conchas adhesivas. ¿Quién nunca ha tenido una pequeña rebaba en la ropa?

La remolacha tiene un fruto con una estructura que permite la adherencia al pelo de los animales.
El mendigo tiene una fruta con una estructura que le permite adherirse al pelaje de los animales.

Otra forma de dispersión es a través del viento (anemocoria). Muchas frutas y semillas son tan ligeras que pueden transportarse suavemente por el aire. Algunos no son tan ligeros, pero tienen estructuras, como alas, que les permiten volar de un lugar a otro.

El agua también se considera un agente dispersante (hidrocoria). Algunas frutas y semillas pueden flotar, lo que les permite ser transportadas a largas distancias. El ejemplo principal de una planta que tiene su fruto transportado por el agua es el cocotero, y muchas islas recién formadas reciben el coco a través de las corrientes marinas.

También están aquellos frutos que sueltan sus semillas de forma explosiva (autocoria). Como ejemplo de este tipo de dispersión, podemos citar el ricino, que libera sus semillas a grandes distancias después de abrir su fruto.

Podemos ver que, al igual que con las flores y los insectos, las semillas y los frutos coevolucionaron con sus agentes dispersantes. Este evento fue, sin duda, fundamental para el éxito en la difusión y perpetuación de especies vegetales.

Por Ma. Vanessa dos Santos