Los carotenoides son pigmentos solubles en grasa responsables del color naranja, amarillo y rojo de varios organismos, como los vegetales.

Los carotenoides son importantes pigmentos solubles en grasa responsables de los colores naranja, amarillo y rojo presentes en bacterias, algas, hongos y plantas. En los organismos fotosintéticos, participan como coadyuvantes en el proceso de fotosíntesis y ayudan a proteger frente a posibles daños provocados por la luz. Los humanos no pueden producir estos pigmentos, pero pueden adquirirlos comiendo vegetales.
El primer organismo identificado como fuente de carotenoides fue la zanahoria en 1831. Por este motivo, el nombre del pigmento deriva precisamente del nombre científico de este vegetal: Daucus carote. Se estima, hoy, que hay aproximadamente 600 carotenoides diferentes en la naturaleza.
Podemos clasificar los carotenoides en dos grandes grupos: el provitaminas e inactivas. Las provitaminas son aquellos carotenoides con actividad provitamina A, es decir, se convierten en vitamina A en nuestro organismo, más precisamente en el hígado. Hay al menos 50 carotenoides con esta actividad, especialmente α-caroteno y β-caroteno. Los carotenoides inactivos, a su vez, solo tienen actividad como antioxidante o colorante. Un ejemplo de este tipo de carotenoide es el licopeno, que se encuentra en grandes cantidades en los tomates y la sandía.
Los carotenoides se pueden dividir en carotenos y xantofilas. Tú carotenos tienen solo átomos de carbono e hidrógeno (hidrocarburos), y el xantofilas, a su vez, tienen grupos con oxígeno.
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Los carotenoides se encuentran en muchas frutas (donde son más biodisponibles), verduras y verduras. O B– el caroteno es el carotenoide más abundante en los alimentos, siendo se encuentra ampliamente en zanahorias y aceite de palma roja.
La ingesta de carotenoides es extremadamente importante para la salud humana.. Entre los beneficios de estos pigmentos, podemos mencionar su papel en el mantenimiento de la visión y la prevención del cáncer, problemas cardíacos, cataratas, degeneración muscular y oxidación de LDL. Los carotenoides también tienen un papel antioxidante, promueven la protección de la piel, estimulan la comunicación célula-célula, inhiben la proliferación celular y actúan en la respuesta inmune.
El consumo exagerado de este pigmento promueve carotenoderma, que provoca un tinte amarillento en la piel del individuo. Es de destacar, sin embargo, que esta condición no es perjudicial para la salud y puede revertirse reduciendo la ingesta de alimentos ricos en carotenoides.
Económicamente, los carotenoides se venden como colorantes alimentarios y suplementos nutricionales.
Por Ma. Vanessa dos Santos